Un grupo de ex estudiantes, ya muy establecidos en sus carreras, se reunió para visitar a su viejo profesor de la Universidad.
La conversación se concentró en quejas sobre el estrés en el trabajo y la vida.
Ofreciéndoles algo caliente de beber, el profesor fue a la cocina y regresó con café y una gran variedad de tazas; porcelana, plástico, vidrio, cristal, comunes, caras, exquisitas. Les pidió que se sirvieran café caliente.
Cuando todos los estudiantes tenían su taza en mano, el profesor dijo: “Si se han fijado, todas las tazas bonitas y caras han sido tomadas, quedando atrás las más comunes y las más baratas. Aunque es normal que quieran sólo lo mejor para ustedes, ése es el origen de sus problemas y estrés. Lo que en realidad querían era café, no la taza, pero conscientemente tomaron las mejores tazas y hasta las estuvieron comparando con las tazas de los demás. Fíjense bien –prosiguió-, La Vida es el café, pero sus trabajos, el dinero y la posición social son tazas. Las tazas son sólo herramientas para sostener y contener Vida, pero la calidad de la Vida no cambia.
A veces –concluyó-, al concentrarnos sólo en las tazas, dejamos de disfrutar el café que hay en ella. Por lo tanto, no dejes que la taza te guíe… mejor goza el café”.
Lo que podemos aprender es ser completamente agradecido por la vida y vívirla un día a la vez!
Pedro Sifontes