Genialidad
“Todos somos genios pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles
vivir
á toda su vida pensando que es un inútil.” Albert Einstein
Acontece en el mundo laboral que cuando los colaboradores no alcanzan los resultados hay una tendencia en juzgarlos sin tomar en cuenta si hicimos nuestro trabajo como líder. Es mi responsabilidad llevarlos a un ambiente seguro donde puedan dar la milla “extra” y esto viene de conocer sus fortalezas y debilidades. Especialmente hay que trabajar con las fortalezas. Toda persona tiene habilidades o talento natural para hacer las cosas con excelencia, como líder debo asegurarme que estén en la posición correcta para que cumpla las funciones correctamente y alcancemos resultados extraordinarios.
La fábula a continuación lo describe mejor.
“Cuenta una historia de que varios animales decidieron abrir una escuela en el bosque. Se reunieron y empezaron a elegir las disciplinas que serían impartidas durante el curso. El pájaro insistió en que la escuela tuviera un curso de vuelo.
El pez, quería que la natación fuera también incluida en el currículo. La ardilla creía que la enseñanza de subir en perpendicular en los árboles era fundamental. El conejo quería, de todas formas, que la carrera fuera también incluida en el programa de disciplinas de la escuela.
Y así siguieron los demás animales, sin saber que cometían un grande error. Todas las sugerencias fueron consideradas y aprobadas. Era obligatorio que todos los animales practicasen todas las disciplinas.
Al día siguiente, empezaron a poner en práctica el programa de estudios. Al principio, el conejo se salió magníficamente en la carrera; nadie corría con tanta velocidad como él.
Sin embargo, las dificultades y los problemas empezaron cuando el conejo se puso a aprender a volar. Lo pusieron en una rama de un árbol, y le ordenaron que saltara y volara. El conejo saltó desde arriba, y el golpe fue tan grande que se rompió las dos piernas. No aprendió a volar, y además no pudo seguir corriendo como antes.
Al pájaro, que volaba y volaba como nadie, le obligaron a excavar agujeros como a un topo, pero claro, no lo consiguió.
Por el inmenso esfuerzo que tuvo que hacer, acabó rompiendo su pico y sus asas, quedando muchos días sin poder volar. Todo por intentar hacer lo mismo que un topo.
La misma situación fue vivida por un pez, por una ardilla y un perro que no pudieron volar, saliendo todos heridos. Al final, la escuela tuvo que cerrar sus puertas.
¿Y saben por qué? Porque los animales llegaron a la conclusión de que todos somos diferentes. Cada uno tiene sus virtudes y también sus debilidades.
Un gato jamás ladrará como un perro, o nadará como un pez. No podemos obligar a que los demás sean, piensen, y hagan algunas cosas como nosotros. Lo que lograremos conseguir con eso es que ellos sufran por no conseguir hacer algo de igual manera que nosotros, y por no hacer lo que realmente les gusta”.
¿Piensas que tus colaboradores son iguales?
Tenemos dos opciones en nuestro liderazgo: critico a mis colaboradores porque no lo hacen bien o me convierto en un genio para mejorar las cosas, y quizás no hace falta ser un genio para reconocer que necesitan ayuda. Sé el mejor líder que puedas ser, conoce sus debilidades y fortalezas, y haz que sean geniales.
¿Quieres alcanzar en tu liderazgo resultados extraordinarios? Escríbeme a pedro@liderazgocreativo.com para más información.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach for Leadership
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