“Todos nacemos con talento pero no todo desarrollamos el talento, se requiere tiempo para desarrollarlo.” Pedro Sifontes
Se cree que el talento es privilegio de pocos, que es escaso; sin embargo, no es así ya que cada persona viene equipada con talento. Todos tenemos talentos pero somos pocos los que utilizamos nuestros talentos o muchas veces la gente ignora que los tiene o sabe que los tiene pero tiene miedo de utilizarlos.
En las organizaciones hay gente con diferentes tipos de talentos: directivo, operativo, técnico, comercial, financiero, artístico, dependiendo de la organización encontraremos personas con muchas capacidades. Podemos definir talento como la capacidad que tiene una persona de desarrollar todo su potencial para alcanzar resultados extraordinarios.
Ahora una persona por sí sola no puede desarrollar su talento, y he allí el dilema en muchas organizaciones que comienzan a preguntarse: ¿Por qué debo invertir en el desarrollo de las personas? ¿Qué pasa si yo invierto en el desarrollo de las personas y luego se van? Ese es el mayor temor por el cual no se quiere invertir en desarrollar el talento.
Si cambiamos la pregunta ¿Qué pasa si los desarrollamos y se quedan? Esto es algo que nos gusta pero no podemos controlar totalmente, por el mundo cambiante en el cual vivimos y la guerra por el talento, dependerá de nuestro liderazgo.
“Un buen liderazgo que busque desarrollar personas siempre llegará al destino soñado.” Pedro Sifontes
Lo que si podemos controlar es lograr que se queden sintiéndose parte de una comunidad donde puedan seguir creciendo y desarrollándose con nuevas oportunidades. Todos quieren un lugar al cual pertenecer y poder contribuir, y como líder estás llamado a facilitar ese ambiente de aprendizaje.
Y si se van siéntase orgulloso de ayudarles a desarrollarse, como líder tu función es reproducirte en otros líderes.
Me encanta la historia de Leonardo da Vinci, una de las personas más talentosas. Nació el 15 de abril de 1452 en la localidad toscana de Vinci, cerca de Florencia. Fue hijo ilegítimo de ser Piero da Vinci, notario, y Caterina, una joven campesina. En torno a los 14 años entró a trabajar como aprendiz en el taller florentino de uno de los artistas más considerados de la época, Andrea di Cione, más conocido como Verrocchio.
Entre 1466 y 1476 Leonardo trabajó para Verrocchio y junto a otros pintores famosos como Perugino y Boticcelli. En aquellos días, los artistas eran verdaderos artesanos y debían poseer una gran gama de habilidades. Con la pintura El Bautismo de Cristo, Leonardo exhibió sus auténticas aptitudes ante Verrocchio. Su mentor, que había recibido el encargo, se reservó para sí las figuras principales y repartió el resto entre sus aprendices. A Leonardo le correspondió un ángel que sostenía el manto de Jesús. Lo pintó al óleo, para darle mayor profundidad y color, y Verrocchio quedó maravillado ante el talento de su joven discípulo. Leonardo contaba con poco más de 20 años y este episodio fue el punto de inflexión en su trayectoria profesional.
A partir de 1476 Leonardo inició su camino de aprender todo lo que podía ser aprendido. Una de las facetas más originales de Leonardo es su permanente afán de indagar. A pesar de que —debido a su condición de hijo ilegítimo— no había recibido la educación canónica de su época y no sabía latín, recurrió a su capacidad de observación y confió en lo que podía evidenciar la experiencia. Y este método fue el que aplicó en todo lo que llevó a cabo a lo largo de su vida.
Leonardo tenía el talento pero fue Verrocchio quien le ayudó a desarrollarlo.
¿Tendrás un “Leonardo da Vinci” en tu organización que necesita ser desarrollado?
Creo que si lo tiene, solo dese el tiempo de comenzar a desarrollarlos, empiece ahora. Haga de su gente los mejores en su área.
Y quizás me dirá: “no estoy buscando un genio”, y yo le diré: “puede que no busque un genio, pero si busca personas comprometidas, responsables, que trabajen en equipo, que sean apasionadas en lo que hacen, creativos, que produzcan buenos resultados, y a todos ellos necesita desarrollarlos, formarlos, entrenarlos.”
“El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal y como siempre las ha hecho.” Wayne Dyer
Haz del desarrollo de personas una prioridad en tu liderazgo, mientras más personas ayudes a tener éxito, más éxitos tendrás en la vida y en la organización.
Si buscas conocer más del tema te invito a formar parte del entrenamiento “Reinventa tu Liderazgo: Maximizando mi Rendimiento” que comenzará el 17 de Noviembre. Escribe a info@liderazgocreativo.com para conocer cuáles son los próximos pasos.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach for Leadership
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