“Hay más dicha en dar que en recibir.” Jesús de Nazareth
El mes de diciembre es un mes de muchos cambios en nuestras vidas. Es el mes donde nos damos un permiso para ser feliz, cantamos canciones, decoramos la casa, preparamos platos navideños juntos, entre otras cosas. Si estamos disgustados nos reconciliamos porque deseamos culminar el año en paz con todo el mundo. También es un mes para compartir con familiares y amigos. Es un tiempo de dar y recibir regalos.
Dios no es la excepción a la hora de dar regalos. El no solamente nos da el regalo de la salvación que tenemos en Jesús. El nos regaló una vida hermosa para que podamos disfrutarla, nos dio talentos y habilidades para vivirla al máximo.
Cada uno de nosotros somos un regalo de Dios para el mundo en que vivimos. Y ese regalo debe manifestarse en nuestras vidas.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10
Necesitamos entender que somos un regalo, que Dios nos dio inteligencia e imaginación para cosas buenas y grandes. Tú y yo somos la máxima expresión de su poder. Somos lo mejor de la creación, podemos soñar y hacer nuestros sueños realidad.
En los días que están por venir tú debes elegir convertirte en ese regalo para las personas que te rodean, debes enfocarte y ser intencional en todo.
¿Cómo ser el mejor regalo para otros?
¿Cómo te gustaría ser recordado?
¿Qué pasaría si supieras que te quedan tres meses de vida?
El consultor y escritor Álvaro González Alorda en su libro “Los próximos 30 años” narra una historia sobre afrontar la adversidad: “Le quedan tres meses, prepare sus despedidas, ésta será su última Navidad”, le dijo el doctor. Y al salir del hospital caminó sin rumbo durante horas hasta que se refugió del frío en una cafetería.
Sobre la mesa de madera vieja sacó su libreta y escribió los nombres de sus amigos íntimos. Eran cuatro. A continuación trazó una línea. Y siguió con la lista de los amigos “a secas”. Eran dieciséis. Trazó otra línea y siguió con los amigos antiguos, de los que no sabía nada desde hace años. Logró recordar a nueve. Trazó otra línea y pidió otro café. De repente, vino a su memoria un nombre que debería haber estado en la primera lista, pero cuya amistad se rompió años atrás por una ridícula discusión. Lo escribió con trazo tembloroso y tuvo que respirar hondo para sosegar la inquietud repentina que le embargó.
A la mañana siguiente, partió en busca del último nombre de la lista. Cruzó el océano, llamó al timbre y le dio un abrazo. Cuando regresó, el doctor le citó con carácter urgente en la consulta: “Ha habido un error en los análisis, usted no tiene cáncer, le ruego que acepte mis disculpas”. Y para sorpresa del doctor, él las aceptó dándole las gracias y un abrazo.
Este hombre decidió dejar de ser víctima y convertirse en protagonista, se convirtió en un regalo para todos sus amigos y para todos los que lo rodean, de aquí podemos aprender siete lecciones de vida, que también las puedes encontrar más detallada en el libro “El Regalo del Viajero” de Andy Andrews.
Asume responsabilidad por tu pasado.
Busca la sabiduría.
Se una persona de acción.
Ten un corazón decidido.
Decide ser feliz.
Ten un corazón perdonador.
Persevera sin hacer excepciones.
Hoy es el mejor día para convertirte en un regalo para otros. Vive siendo un presente para otros. Conviértete en protagonista. Recuerda que es mejor dar que recibir. Tú puedes hacer la diferencia mostrando al mundo los talentos y habilidades que tienes. Me encantaría recibir tus comentarios.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach Personal
info@liderazgocreativo.com
me gusta mucho lo que me envian exitos
Gracias José, hazlo llegar a tus amigos!