Hay buenas y malas formas de liderazgo. Usted puede tener alguien como Adolph Hitler que era un líder fuerte—pero un mal líder, él conducía la gente a la muerte. Necesitamos buenos líderes, no es suficiente solo ser líder.
¿Cómo nos movemos hacia el buen liderazgo? ¿A qué se parece esta trayectoria?
Comenzamos el viaje de líder como discípulos entusiasmados. Estamos entusiasmados por lo que Dios tiene reservado para nosotros. Hay visión y entusiasmo.
Entonces nos movemos para la segunda etapa donde estamos involucrados con buena gana, y completamente comprometidos. Satisfacemos alegremente cualquier responsabilidad dada a nosotros, incluso limpiar los inodoros del Centro Ministerial.
En el camino nuestras expectativas no son alcanzadas y nuestros sueños no son realizados. Esto nos lleva a la tercera etapa: donde nos convertimos en estudiantes desilusionados.
Ésta es la juntura crítica. En esta bifurcación del camino, Dios probará su nivel de compromiso. (Compromiso se puede definir como permanecer verdadero a una decisión digna mucho tiempo después de que la emoción de haber hecho esta decisión ha pasado.) Cuando usted llegue a este punto, usted se sostendrá a la verdad de que Dios lo ha llamado? Aún cuando usted no esté tan entusiasmado como antes, puede usted sin embargo decir, “Estoy comprometido a lo que me ha llamado Dios de hacer”? Si usted dice que no, y no puede pasar esta prueba usted irá a la Opción A. Cuando usted dice sí, usted pasa esta etapa y usted puede moverse a la Opción B. La mayoría de los líderes (el 80%) toman la opción A, y algunos (el 20%) toman la opción B.
Miremos primero a la Opción A.
El primer paso de la opción A es comenzar a caminar con cautela. Usted todavía está involucrado, pero usted no tiene su corazón entero metido en su compromiso. Usted camina ligeramente. Usted está mirando siempre por la trayectoria de menos resistencia; si usted encuentra cualquier resistencia, usted retrocede. Cuando las cosas se ponen difíciles no empuja para salir de el problema, sino que cede el paso.
Eventualmente sigue al paso numero 2 de opción A, donde está centrado en lo que piensa la gente. Usted se vuelve complaciente, o la gente le influye fácilmente, o la gente le frustra. Usted se mueve en órbita alrededor de la gente, y es muy susceptible a lo qué dice o hace la gente.
Esto lo lleva al próximo paso, donde usted comienza a seguir las voces. Usted desea estima de la gente, usted desea escaparse del dolor y de la frustración de la vida, así que usted comienza a justificar sus decisiones diciendo “el Señor dijo” o “Dios me está diciendo … ” para validar las decisiones que usted ha hecho de manera de salir de su dolor.
Todos necesitamos estima porque somos humanos. Pero si usted está vacío porque le han herido y usted “gotea”, incluso el estímulo dado por Dios no será suficiente. Y si usted no tiene cuidado usted estará abierto al espíritu del engaño. Una vez que le engañen, los pensamientos que son incorrectos comienzan a sonar razonables. Si usted permanece aquí, las agendas silenciosas empiezan a dirigir su plataforma, dolores pasados dirigen sus filosofías, las cuestiones que no han sido resueltas dirigen sus decisiones, sus actitudes y sus perspectivas, son una trampa realmente peligrosa.
El destino final de opción A es convertirse en un líder sub-desarrollado. Un líder que no construye equipos, no oye a Dios correctamente, y no da la visión correcta. En un esfuerzo de satisfacer a la gente, y de salir de su dolor interno, este líder envolverá deseos personales en “Dios dijo” porque es duro refutar a alguien que utilice “El Señor me dijo … ”
Opción A es lo que llamo el grupo de la consolación. La gente que toma esta trayectoria son los ganadores de los perdedores. Nunca progresan más allá de la bifurcación en el camino, y permanecen como líderes subdesarrollados por la mayor parte de sus vidas.
La Biblia dice que debemos de funcionar de tal manera que triunfemos. Usted no puede ganar en el grupo de la consolación , en la opción A.
La trayectoria alternativa es la Opción B. Llamo esta trayectoria el camino alto, o el grupo de los ganadores. Empieza en el mismo lugar donde empieza la opción A, después del estudiante desilusionado.
El primer paso en la opción B es la prueba de su compromiso. Cuando usted ha contado el costo y ha elegido seguir el curso. Usted reafirma su compromiso y su llamado original. Cuando usted pasa la prueba, entonces de repente usted se traslada al segundo paso donde usted no busca satisfacer a la gente, sino que usted busca satisfacer a Dios. Usted está centrado en lo que piensa Dios.
Y porque usted busca el placer de Dios, en vez de seguir las voces usted vuelve a su llamado. Usted se devuelve a su llamado original y usted empieza a empujar el botón “re“, usted reinventa, recalibra, refresca, realmacéna. Usted se vuelve más sabio, y comienza a reorganizar y a resolucionar las cosas que le trajeron la desilusión, y repiensas lo que Dios lo ha llamado a hacer. Su celo es quizá un poco diferente, pero su llamado no ha cambiado; solo la manera en que usted enfoca su llamado.
Esto entonces lo conduce a ser un líder completamente desarrollado, alguien que tiene iniciativa y es emprendedor. Solo 20% de los líderes eligen esta trayectoria, el camino alto.
Si usted busca satisfacer a la gente usted nunca será emprendedor. Una marca de un gran líder es uno quién hace trabajo para si mismo. Él ve lo qué hay que hacer y comienza a caminar por ese lado. Puede ver el futuro, hacer recomendaciones. No necesita esperar a que le digan lo que tiene que hacer.
El momento crucial en el camino al liderazgo es después de que nos convertimos en estudiantes desilusionados. Estén alertos de los síntomas del estudiante desilusionado, aquí hay algunos: frustración, pérdida de visión, pérdida de motivación, y propósito. Usted todavía se presenta, pero usted no inicia nada. Usted es vulnerable a las mentiras (las mentiras del enemigo). Tenga cuidado si usted ve cualquiera de estos síntomas en si mismo.
Aquí hay algunas maneras prácticas de aplicar esta enseñanza:
Mire donde está en el camino al liderazgo. Mientras más pronto usted reconozca el estado en el cual usted se encuentra, mejor. Es fácil caminar imperceptiblemente por el camino incorrecto hasta que sea demasiado tarde. El dolor está creciendo y quiere deshacerse de el dolor, no necesariamente de su llamado.
Cuando usted comienza a reconocer los síntomas de la desilusión, y usted no hace nada para cambiar, usted se hace complaciente y la complacencia se hace su compañero. No tolere la compañía de estos síntomas. Consiga ayuda. Consiga consejos piadosos y consiga a alguien a quien tiene que dar cuentas.
Anote las obligaciones que Dios le ha dado. Anote lo que es lo más importante para esta época de su vida. Si el diablo le puede descarrilar de sus compromisos, el enemigo lo tiene en sus manos.
¿Cómo puede aconsejar a otro en este proceso?
Primero, anime a la persona para que tome el camino alto, puede que lo salve del engaño y del grupo de la consolación. Dios nos dijo que debemos de ser mensajeros, no somos Mesías. Así qué, haga lo mejor para darle el mensaje con gracia. Y segundamente, si de todos modos procede hacer decisiones imprudentes, usted debe de esperarlo con los vendajes y el ungüento para ayudarlo a la restauración después de su caída.
Articulo escrito por Wayne Cordeiro
Fuente: http://mentoringleaders.com/espanol